Paciente (mujer, 22 años) que acude a consulta por «dolor en la cara anterior de la pierna izquierda».
En la anamnesis, nos comenta que suele correr de lunes a viernes, por varios tipos de superficie diferentes, que no le dedica tiempo a la potenciación muscular y que apenas le dedica tiempo a los estiramientos.
En el estudio biomecánico, la paciente presenta dolor en la cara anterior de la tibia izquierda entre 5 y 15 centímetros por encima del maleolo tibial. Destacar la medialización del eje de la articulación subastragalina, un marcado valgo de retropié, un acortamiento de la fascia de isquiotibiales y complejo gastro-sóleo, además de tener las tibias varas (aumentado en esa pierna izquierda con respecto a la cotralateral).
Tras la valoración a cámara lenta corriendo en la cinta, destacar también que realiza un primer contacto excesivo de retropié con sobrezancada (sobre todo en esa pierna) con la consiguiente sobrecarga de la musculatura anterior, y una considerable pronación de las articulaciones subastragalina y mediotarsiana en compensación a ese acortamiento fascial de la musculatura posterior.
Los acelerómetros RunScribe que colocamos en las zapatillas de nuestros pacientes corredores para realizar los estudios de carrera (lo podéis ver en nuestra página web), nos confirman esa entrada excesiva de retropié, una longitud excesiva de zancada (teniendo en cuenta su altura también) y, a pesar de tener menor cantidad de grados de pronación en ese pie respecto al otro, un aumento considerable de la velocidad de pronación, que nos indica un alto riesgo de lesión.
Con todos estos datos, diagnosticamos a nuestra paciente de síndrome de estrés medial tibial (periostitis tibial). Tanto si tienes esta, como cualquier otra molestia durante la práctica deportiva que realices, no dudes en pedir cita en Clínica de Podología David Marín en Badajoz.
El periostio es la vaina fibrosa que nutre y da sensibilidad al hueso. Los músculos se insertan en los huesos a través del periostio mediante los tendones, lo que nos da una idea de su fortaleza y resistencia. En el caso de la tibia, estos músculos son el sóleo, los tibiales anterior y posterior y el flexor común de los dedos, músculos que tienen una gran implicación en la dinámica de la carrera.
Factores de riesgo:
- Impactos repetitivos.
- Pies valgos con exceso de pronación.
- Cadera en rotación externa.
- Varismo tibial.
- Disimetrías.
- Terrenos duros o blandos, cambios repetitivos de superficie.
- Zapatillas duras con poca amortiguación o con exceso de amortiguación.
- Cambios bruscos de ritmo.
- Pendientes pronunciadas.
Diagnóstico diferencial:
- Tendinitis del tibial posterior, tibial anterior, sóleo…
- Síndrome compartimental.
- Fractura por estrés.
Prevención:
- Realizar estiramientos al día siguiente de la práctica deportiva.
- Estudio biomecánico de la carrera.
- Usar zapatillas acorde con las características del corredor.
- Correr en superficies de entrenamiento no extrema.
- Adaptación progresiva a los ritmos de entrenamiento.
- Adecuada técnica de entrenamiento y carrera.
Para en tratamiento, hemos optado por trabajo de estiramientos de toda la musculatura en general y sobre todo la mencionada a lo largo del post junto con reposo relativo mientras se le realizan sus plantillas podológicas personalizadas a medida, con las que vamos a conseguir paliar principalmente el exceso de pronación de las articulaciones subastragalina y mediotarsiana y controlando el valgo de calcáneo. Cuando vuelva a la actividad, tendrá que dedicarle el tiempo necesario tanto a la potenciación como a la elongación muscular, no salir tantas veces a la semana a correr y no cambiar tanto de tipo de superficie.


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